por Jessica Ruiz Rubio/ Diario de Yucatán
Más que una vía de obtener alimentos, la milpa es un sistema complejo que, hasta la actualidad, rige la vida de los campesinos mayas. Académicos señalan que ella engloba aspectos culturales, productivos, económicos, ambientales, jurídicos, políticos, religiosos, sociales y lingüísticos.
Sin embargo, los mismos milperos reconocen que esta práctica está en crisis debido a varios factores, como lo es la dificultad del acceso a la propiedad de la tierra, la migración de las nuevas generaciones a las ciudades, el incremento en insumos químicos, la vulnerabilidad socioeconómica y la marginación, el cambio climático, entre otros.
En entrevista, el joven Santos Amir Tun Molina, representante del Colectivo Múul Meyaj, nos comparte sus conocimientos sobre la milpa maya en la actualidad.
¿Qué es la milpa maya?
Desde el punto de vista material, la milpa es un sistema de producción complejo que tiene como eje central el maíz y que, en su forma desarrollada, incluye decenas de productos. En el mismo espacio donde se siembra el maíz se intercalan, a su vez, diferentes frutos.


Yucatán agrupa a 52 por ciento de los productores milperos y 46 por ciento de la superficie milpera de toda la Península, según datos del estudio “Milpas de las comunidades mayas y dinámica de uso del suelo en la Península de Yucatán” realizado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Santos Amir recalca la importancia de la milpa al afirmar que “nuestra fuente de alimentación se basa en maíz, chile y frijol… Sirve también como autosustento, conservación de las semillas criollas, polinización, y fijación de nitrógeno en el suelo”.
En realidad, de este sistema pueden salir alrededor 160 productos, ya que se le da un manejo integral al monte: de la milpa se aprovechan varias variedades de maíz, frijol, pero también tubérculos y frutas; el espacio aledaño sirve de alimento para los animales de traspatio, así como para la plantación de plantas con diversos usos; el monte provee madera para leña y construcción, bejuco, huano y demás plantas utilizadas en las artesanías, así como plantas medicinales y miel, entre otras materias primas.
Los productores de maíz en Yucatán, que casi en su totalidad son campesinos mayas, emplean este sistema, primeramente, para la alimentación de su familia, el cual denominan “de gasto”, según Tun Molina; y luego, aprovechan el excedente de su producción para comercializarla y tener una ganancia extra.
¿Qué se produce en la milpa?
Con frecuencia, los ingresos de los productos de la milpa no son suficientes para sustentar económicamente a la familia, por lo que los integrantes de ésta realizan otras actividades para obtener ingresos complementarios.
Según datos del documento “Estudios territoriales de la milpa maya”, realizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y Centro Geo, los milperos también se emplean en la industria de la construcción, apicultura, servicio doméstico, tejido y bordado o artesanía. A pesar de que esos trabajos representan un mayor ingreso, la dinámica familiar y laboral es adaptada a los ciclos de la milpa.
Además, según académico de la UADY , la milpa es el eje de sus procesos culturales, y a través de esta actividad se producen y reproducen los alimentos, pero también la lengua, la historia, la religión, la vida familiar, la tenencia de la tierra o la medicina.
¿Qué es el ch’acháak?
Es en el mes de mayo cuando la siembra comienza, “pasa por el proceso de selección, tumba, rosa y quema, cada una su con periodo, con la finalidad de aprovechar las lluvias de temporal ya que se depende mucho de ello el éxito de la producción”, comentó el jóven.
Previo a la siembra realizan el ch’acháak , ritual para pedir lluvias. Se realiza en la milpa y requiere llevarse a cabo por un sacerdote maya “J-men”. En el lugar instalan una mesa “una especie de altar” recordó.

En dicha mesa colocan Saká, una bebida sagrada que dejan como ofrenda, “se tiene que hacer sin que se desparrame el maíz, porque es algo muy sagrado. No lleva nixtamalización, se prepara con miel y se coloca también en los cuatro puntos cardinales de la milpa para dar gracias a la gente y para que venga la lluvia”
De igual manera, en las cuatro patas de la mesa de la ofrenda, cuatro niños varones son atados de los pies a éstas. “Mientras tanto tienen que hacer un sonido como los sapos, para pedir por la lluvia. Es un simbolismo muy padre, porque los representan la parte limpia y sagrada, libre de pecados”.
La época de cosechas es en octubre y el ritual previo que llevan a cabo es Uajil Kóol, como agradecimiento. “Las cosechas se preparan en tortilla, en pibinal, elote sancochado, atole”.
Mencionó que al finalizar las cosechas agradecen a las deidades de los mayas pero también a los santos de la iglesia católica, “agradecemos, por el sincretismo, a los santos de la iglesia católica, sin embargo, como se trata de una tradición antigua, agrademos también a los Yumtsiles, al viento, a Yum Káax, dios del monte, a los aluxes, a los bacabes”.
¿Qué significa el maíz en la cultura maya?
En la cosmovisión maya, los dioses crearon al ser humano a partir del maíz y de su propia sangre, por lo que el maíz es considerado sagrado, no es un producto mercantil cualquiera. El entrevistado confirmó este postulado al señalar que los milperos se refieren al maíz como “Santa Gracia” y que “no dejan que se tire o bote”.
Por lo tanto, cultivar la tierra implica utilizar parte del mundo sagrado para obtener el fruto que garantiza la reproducción de los seres humanos, los dioses, los animales, las plantas y todo lo existente. Bajo esta lógica, es necesario pedir permiso para trabajar la tierra. Los rituales ligados a la agricultura, incluyendo el trabajo mismo, son actos de comunión con el cosmos y con los dioses.
Amir considera que la principal diferencia entre los campesinos mayas y los agricultores industriales, es el respeto que se tiene hacia la madre naturaleza, “Aman lo que hacen y al final del día agradecen lo que la tierra les da. No infestan el suelo con agroquímicos y cuando tienen pérdidas lamentan lo sucedido, a diferencia de los productores industriales que ya ni si quiera amor a la tierra tienen… A ellos les importa producir y vender.”
Sin embargo, reconoce que con el paso de los años, la globalización y la imposición de la cultura de Occidente, entre otros factores, ha hecho que se vaya perdiendo esa comunión sagrada.
“Solo por qué aún se hacen los rituales se cree en los Yumtsiles o deidades mayas. El sincretismo hizo que totalmente se perdiera las creencias hacia las deidades mayas, sin embargo, aún existe la creencia de los aluxes y los vientos que hacen fructífera la milpa maya”.
¿Cuál es el futuro de la milpa maya?
Según los datos expuestos por el Conacyt, la edad promedio de los milperos es de 66 años y empezaron a hacer su propia milpa a los 23 años. Suelen involucrar a su familia, pues según el entrevistado, “la milpa aporta en primer lugar sabiduría y luego alimento”.
Pero estos tiempos, “las nuevas generaciones se están inclinando más al sueño citadino. Piensan que al salirse de la comunidad tendrán una mejor calidad de vida”, señaló Amir.
Considera que los jóvenes pueden regresar al campo para “apoyar desde nuestros conocimiento tecnológico y teórico para hacer más digno el campo, generar proyectos de mejora, proyectos auto sustentables y sostenibles, y en mancuerna poner en alto el trabajo de la milpa”.
“Tenemos que tener más conciencia, cada día está perdiendo conocimiento y sobre todo, redignificar el trabajo de las personas de campo”.
Toda cultura para sobrevivir se adapta y se transforma para no morir. A pesar de que la milpa ha sido catalogada como un sistema de agricultura arcaico, no significa que ésta no pueda adoptar las nuevas tecnologías para su beneficio y mantenimiento.
Al respecto, el joven opina que con ella “podemos generar nuevos abonos agroecológicos, llevar un calendario tecnológico de las siembras y cultivos, generar mejoramiento genético natural y crear tecnología para el cuidado del suelo”.
¿Cómo comprar productos de la milpa?
El Colectivo Múul Meyaj lleva cinco años promoviendo y comercializando productos elaborados por agricultores y artesanos mayas, bajo la filosofía del comercio justo.
Su misión es crear fuentes de autoempleo para las familias mayas yucatecas a partir de sus conocimientos y saberes, resaltando la riqueza de su cultura. Tienen como finalidad crear canales de comercialización directos y justos entre los productores y consumidores, incentivando una economía circular.
Amir comentó que fue todo un proceso el posicionar sus productos. “Primero hicimos una campaña de concientización para que los consumidores entiendan los procesos agroecológicos, y a partir de ello, accedan a pagar justamente el trabajo de los productores. Nuestra comunidad Múul Meyaj evita el regateo hacia los trabajos”. Puedes leer más sobre la milpa maya en la actualidad en el siguiente artículo académico elaborado por el Dr. Manuel Martín, del cual se obtuvieron los datos. Para conocer más sobre el trabajo del colectivo y los productos y servicios que ofertan clickea aquí.- Daniela Carrillo Bracamonte, estudiante de Comunicación Social de la Uady.